Friday, August 19, 2005


No hay métodos para desaparecer. Si exigimos fidelidad a lo real, no hay fórmula para nada. Al cuestionar muestros límites, hemos de tomar en cuenta ese principio: no hay fórmulas. Aceptando su condición, traspasando el sentido que hilvana las tres palabras y mesclando el tiempo entre ellas, surge la verdad que todo ser humano lucha la vida entera por alcanzar: no hubo, no hay y nunca habrá fórmulas para existir en este mundo.

Thursday, August 18, 2005

Morder en masa viva

es el fuego en el polvo del pan
harina negra
un teatro alimento en cenizas
fugitiva marcha al viento
tormenta de fuego en los dientes

morder en masa viva
es
de algún modo
el pontificio del sabor
la apertura de la lengua
en los hornos impotentes encendidos
donde hay los panes puños cerrados
el golpe surge entre pulmones

¿qué hacer con esa tos vuelta trozo
de lo que más falta?

es pan
envuelto en la piel de los muñones de los dedos
la partitura de un día más en la basura
las manos escondidas en el ansia del estómago
hambre secreta

la frontera hacia la muerte
está en la multitud que no se ve

Thursday, August 11, 2005

No desesperarse. El pinche trabajo es una mierda, así, literal. Doce horas diarias y contando. Y eso sin abrir el abanico de la vida jodida que me cargo.
No desesperarse. Miren, puede salir algo a lo Bukowski:

no
desesperarse.
el pinche trabajo
es
una mierda,
así,
literal.
doce horas diarias
y
contando...

y así, hasta que el infinito nos de en la puta nariz.

Pronto, pronto algo bueno.

Monday, August 01, 2005


¿Qué más hacer esta tarde de lunes a las dos treinta, mientras escucho el disco Alice de Tom Waits, mientras un lento boquete de hambre se abre en mi estómago, mientras sonsaco a mis ganas de no morder ese hombro blanco, con esas gotas permanentes que lo cubren y le dan cierta apariencia felina, quizá salvaje, no obstante poco dispuesto para mis dientes? ¿Qué más hago sino transferir este viejo poema que alguna vez escribí del papel a la pantalla?

L A F U R I A T E H A R Á V O L V E R

lava mi sendero
con el jabón de tu piel derretida

es tu reto del veintisiete
de junio

rechazo el decoro
con que tus rodillas abren paso al perdón
sobreviene el frágil golpeteo
de un último lazo sanguíneo

enfermo el sol acaricia la vida
triste concepto la existencia
galgo enfurecido con la tempestad

lava mi sendero o ríe de tu cordura
nadie lo sabrá
coloca tu torso en mi refinado asiento
enseñorea tus nalgas en la parrilla
te lubrica el sudor
linda conducta
eso es
vibra si quieres
no despiertes a tu madre-esperanza

para un lugar real
falta un estrecho caleidoscopio
en el que no entre tu ser
en el que habiten
un selvático pulmón que no respire
un arroyo de lucidez mineral
una bolsa de pistaches
un álgido espacio negro de la biblia
del corán y recetas de cocina
una ligera perversión de plaza de toros
un partidario de la voluntad
una comunidad de vacíos parlanchines
un murmullo

pretendes escape limpio
la furia te hará volver

lava mi sendero o muerde el trapo azul
para no romper tus dientes

esto dolerá lo necesario

Friday, July 29, 2005

Desaparición / Candado

D.


Cierto día, Fanshawe desapareció.
Un día de libertad enferma.
Así es como se construyen las habitaciones cerradas.
Así es como esta música se interpreta.
No saber.
Ignorar el interior.
Un cisne degollado, hervor de océanos, suturas de atmósfera, almendras extraviadas, niños ciegos con tres dedos, cadenas infecundas, vida caída.
Es una música pastosa de la que es imposible extraer armonía.
No hacer la vida.
Súbita creación.
Desaparecer es iluminar sangre en los muros o en los espejos o en la vestimenta, en el sexo, en la muerte.
Artaud en México, Corgan tras el sonido, Van Gogh bajo sol, Reznor aislado tras la muerte de su abuela.
No recuerdo nombres que deseo recordar.
Algunas pieles...
Cierta piel huele a plástico, otra piel huele a una forma de tabaco. Supongo la piel que tiene olor a mantequilla.
El fin se precipita.
Habrá el vértigo: yo sobre el fin.
Yo en busca del fin. El final de estos días, tales aromas de piel, quizá los nombres olvidados no necesiten de la memoria, fotografías, siempre antes, ansío generar en este antes la perpetuidad, estar donde ya no estaré, ilusiones para abrir la desaparición. Unas contra otra y vaciar en la realidad el asco de la gula que inmoviliza.
Vaciar el asco de lo inmóvil.
Lo que pienso es inservible contra lo que siento.
Los cuerpos son magníficos para desaparecer, como habitaciones cerrada. Pero es mutilación esta magnificencia.
En todas partes habitaciones cerradas.
En cualquier lugar Fanshawe.
Oscuros o claros los ojos es lo mismo.
Máquina orgánica.
Aceite en sitios adecuados es la vida.
Creer que la pluma clavada en la mano no es real.
El lápiz que revienta el ojo.
Es tedio, hastío, no hay lealtades.
Me conmueve lo que anhelo.
Furtivo Monk es mansalva.
Destierro al frío.
El abrigo y cuello cerrado es refugio.
Valor a lo gélido.
El piano en sí no es destino, pero gran horizonte.
Contrabajo es el grueso bisturí, seca cirugía, indudable parsimonia que late al golpe abierto de platillos y baquetas.
Sólo así se sobrevive.


03 diciembre 2002





C.


El candado de nuestra boca, el candado íntimo, la fugaz realeza de la saliva.
El metal que cierra carne, mas no deseo.
El candado como ciclo estival depurado.
El candado como forja de entusiasmo, ilimitada bandera que un instante endureció.
El candado por la libertad.
El candado por los muertos.
El candado por Argentina.
El candado por 1968.
El candado por un oleaje de perdición.
El candado por la costumbre de la nostalgia, una melancolía del asco y el fervor mínimo.
Los candados son falacias patentadas en quien no desea ser libre.
La errancia en círculos es el candado.
El candado de los dedos curvados, el fórsep asturiano, las ridículas blasfemias en boca tímida.
El candado no es un océano, no abre conciencias como el fondo de los mares; sí, en cambio, es el vistazo reticente que un firme cielo arroja al paracaidista, amante de la gran boca azul.
Eso es el candado, un perro de especie limpia.
Esto es el candado, un sortilegio de tus ojos que leen.
El candado alivia la espora de la desesperación.
Al cofre de la inclemencia no lo inquieta un candado, ni el aire de mil articulaciones, ni la vergüenza.
El candado ardiente aún no existe, el calor de una uña es frugal, detestable.
La aridez en su armonía niega mi posible alcance a la apertura eterna.
Sorprende la brazada de un candado en el desierto.
Es cierto que en los candados los mitos se multiplican, las miserias de Averroes en cardumen se convierten, las artes plásticas sucumben.
Cotidiana censura a la poesía, a veces el vómito en ciclos, sin paz.
El candado o el metal en víscera; sin embargo, la figura de puente cediendo allegros al paso; no obstante, esa calvicie tan animal, excedida en frigidez.


18 febrero 2003

Thursday, July 28, 2005

Traición a uno mismo

"¿Para qué escribir una obra si su autor no tiene ninguna pretensión metafísica, una curiosidad profunda y muy vasta qué oponer a la vida y a todas esas grandes interrogantes?".
Cierto, lo más común en esta marea de la vida que me lleva, me trae, es que traicione las breves creencias que suelo tener. Creo en lo anterior, pero lo ignoro. Continúa la escritura. Sin proponérmelo, claro. Lo más importante de esta vida se da en la contracorriente. A pausas, lento, pero sigue la escritura. No tomen muy en serio mis desvaríos. Ya habrá lugar para el eminente equilibrio. Carajo.

Monarca el náufrago

monarca el náufrago
cetro es su saber
trono es la tierra no sumergida

el mar
al fondo
espera

Wednesday, July 27, 2005

Historia roja

En este lugar nada hay rojo, excepto la blusa de aquella mujer y mi cuaderno.
No obstante: los mantelillos de papel sobre las mesas; el cartel comercial en el refrigerador; los extinguidores; dentro de ellos, a lo largo de sus cuerpos, dentro de mí hay rojo que palpita, corre frenético, late y se impulsa por mis extremidades, rojo espeso contenido desaforado, rojo alimento de mi potencia, fácilmente en desarraigo si el filo encuentra mi piel, rojo imbécil fuera del cuerpo ignorante de nuevas rutas.
Rojo no pensante.
Qué hacer por su torpeza.
Para tal contrariedad la historia roja.
No situar en rango similar la historia roja con el rojo de mi cuerpo.
Son cosas atípicas una de la otra.
Valles de tono rojizo intervienen en su acercamiento.
Miles, millones, billones, inmensurables cantidades de asuntos rojos vibran en el planeta ante nuestra pesadumbre.
Esta historia, siendo sólo una, sacude su nimiedad y enloquece feliz por ser, sin percatarse de la infinita cantidad roja que hay por todas partes. Es lo mejor. Ser que no ser.
Mi color predilecto, actualmente, es el rojo.
No espero que ésta, por su color, sea mi historia favorita.
Quién sabe, tal vez la vida de esta historia se convierta en algo sublime. Quizá yo cambie así de opinión.
Puede decirse que la esencia d una historia roja es una herida.
Podríamos decir que de una herida nace una historia roja.
Puedes afirmar que el origen de una historia es una herida.
Nada más cierto.
Nada más falso.
Lo relativo de las comisuras de la piel es que duelen tan profundo, y profanar entonces el círculo es vano.
Para que una herida sea, primero ha de haber un rojo inicio.
Índole de ciervo consternado por la flecha del asceta.
El aura de las torres es roja; la sombra de babel se disolvió en diáfanos lenguajes.
Poco tiene que ver esto con mi historia roja.
Qué fácil es transmitir y dar cuerpo a un nuevo cúmulo de sueños.
A una nueva historia roja.
Un torpe aglutinar de papilas libera saliva equivocada.
Esto no es difícil.
Saberse no debería ser tan difícil.
Saberse, saborearse, escucharse, distinguirse por la vista como los colores entre sí, pensarse.
Teñirse de constelaciones sonrosadas, poco profundas. Al menos como un inicio.
Es extraño. Mi camisa rota por el poste eléctrico no sangró.
Ahora se me ocurre que una historia roja es grotesca, absurda.
Tal vez graciosa, impetuosa, injustificable, bizarra, qué sé yo.
Pero no sublime.
No portentosa por sí misma.
Humana, pero antigua, antigua, cansada.
Una, mas eterna a través de la unión de la sangre.
Cansada.
Muchos pensarán que reside en esto su toque portentoso, en el seguir a pesar.
Sin embargo.
Sin embargo lo que trasciende a la tierra y se interna en el vértigo y en el tiempo lo olvida. Al tiempo se olvida.
El tiempo es olvido.
El tiempo no es vida.
El tiempo no es eminente historia roja.
La historia roja es fuera del tiempo.
La historia roja no es esencia que olvida.
La historia roja no es tiempo.
La historia roja permanece.
Aquí está la putrefacción.
Sólo entonces la barbarie es tan temible.
Cuando cree la historia roja en el sonido que se crea en el aire la oscuridad se torna ocaso.
Oscuridad roja.
Ciertas nubes cambian.
Rojas se vuelven.
Es el fin.
El sudor de un rostro que ve todo esto es rojo. Sus pupilas. Sus dientes. Sus uñas se aferran a la pared hastiada de que la toquen.
Su voz. Casi todo es rojo en su persona. Casi todo.
No comprendo por qué el color rojo es mi preferido por sobre todos.
Ahora hay más objetos rojos aquí: una botella de salsa de tomate en una mesa, otra blusa en otra mujer, las luces de una cafetera.

01 octubre 2002

Tuesday, July 26, 2005

Alma negra


El blues te vuelve más humano, más dolorosamente humano, más vertido a la pasión de un ojo de tormenta que al descarrilamiento de tranvías sin sentido. Y viceversa.
Compro mi armónica por el gusto de sonar un poco más humano y el silencio se entretiene en mis volutas desgarradas. La sueno, aunque los gatos se me lancen buscando cópulas y yo los amedrente con el ritmo de mi pie en el piso de madera. Lejos, no tan lejos, Robert Johnson, Lowell Fulson, Sonny Boy, Muddy Waters se entregan a la violencia de sus noches, se hunden en la felina piel negra de los sexos abiertos para que sus gruesos labios inflamen la música, sin palpar los muros de grasa porque el vacío es intenso desde aquél sur norteamericano hasta el rinconcito en el que arde mi armónica.
Trago el café con ron que vacila en la taza y la dejo caer cuando me levanto del suelo y la cama abraza de golpe mi soez andar. Carajo. No debo permanecer tanto fuera de mi estatura. Con el rostro en la almohada, sin respirar por unos momentos, pienso en mi alma negra. Nadie ha hostigado de tal modo mi figura, mi esencia, como para abandonarme a esta conmiseración. Si se trata de imitar a los atormentados lo hago de maravilla. Y ya que lo pienso, siempre hay alguien jodiendo con uno: el espejo, está en el espejo y aunque lo azotes al piso los fragmentos resguardan malicia suficiente. Poco qué hacer con el espejo.
Nunca es tan tarde para salir y la madrugada me recibe. Nadie en las calles. No hay callejones a dónde llevar el insomnio. La ciudad jamás estará vetada, por más añicos que la alteren, por más botellas que se rompan o febriles notas se alcen de mi aliento y mis manos.
Nadie enciende luces. No parecen despertar. No hay zapatos a vuelo. Falta lluvia. Señal inequívoca de que esta es comarca ojo de tormenta, impávida ante lo que a sus alrededores ocurre. Somos centro de calma y bochorno. El tedio es apabullante. Habremos de salir de esta ciudad con el montón de libros, música y armónica, marcando con el pie el siguiente blues.

Monday, July 25, 2005

Otro tiempo vano



Pienso seriamente en no volver a escribir poesía. El conflicto vence esta ocasión. Quizá sólo por esta ocasión, pues al conocer mi temperamento, el falso asidero de mis emociones, lo probable es que me recupere pronto y al poco decaiga de nuevo. Tal vez sea una bravuconada en contra de lo que creo. Qué sé yo. No dejo de someterme. A. K. Sugiere que me libere, soltar amarres y vaciarme, encontrar en esa libertad todas las pinches ideas y sensaciones que se me escabullen. Carajo. Esto sirve de poco. Tanto tiempo de discusión conmigo mismo acerca de obstáculos y autocomplacencias y nada obtener en claro. En realidad los libros que he escrito son una pantalla. Me canso de ser un “buen forjador de imágenes”. He tenido y tengo tan poco qué decir con mis poemas que salta a la vista mi carencia de autenticidad, mi falta de valor hacia el enfrentamiento con la verdadera sustancia de lo que es el arte. Las imágenes de mi supuesta poesía son sólo estructuras huecas. Cascarones de tonos agradables y nada más. Caigo en la faramalla que conforma la inmensa cifra de individuos que pretender ser poetas, novelistas, ensayistas, fauna seudoliteraria. Somos demasiados los que intentamos sostenernos en inútiles ortopedias, falsas letras. Creo que este blog está a un palmo del patetismo. Sin embargo, tiene su propia balsa. Se salva porque es factible que comparta otros intereses, sin ser necesario incluir pleitos internos ni nada de mi “obra”. Pinche obra. Ya lo decía. Tiempo vano. Ni modo, Lety, soy terco. Y mi bizarro lo es más.

Friday, July 22, 2005

Tiempo vano

Mientras venía camino al trabajo pensaba en lo equívoco de mis años recientes. Hay personas que a los veinte enfocan su voluntad, su auténtica voluntad, en empresas propias y, nueve años después, disfrutan con satisfacción aquello que su empeño les ha proporcionado. Nueve años es un lapso justo para conseguir metas sólidas. Rememoro mis nueve años anteriores y me extravío: ¿qué hice? ¿ qué logré? Libros de poesía. Es lo que descubro en la cima de mis actos. He escrito libros de poesía, sin afanes específicos, por el gusto de hacerlo. Los elementos de mi vida, lo aprendido y presentido, en ellos se han vaciado. Mi persona, aunque incompleta, está en todas esas palabras. Mi condición de escribiente es limitada y, por tanto, el reflejo de mi persona en ellas está fragmentado, no obstante de ser la pantalla más fiel que tengo.
De haber llevado a cabo un propósito distinto, con el que habría conseguido algún mayor rango de poder, económico o de cualquier otro tipo, puesto que le hubiera manifestado las principales facultades de mi carácter, creo que estos libros no existirían.
Me cuestiono: ¿cambiaría los libros que he escrito por metas como las que menciono? ¿preferiría méritos materiales, de reconocimiento, en lugar del conjunto de mi obra? ¿la vida, hoy, ofrecería un panorama más congruente con mis ideales, de haber sido lo que no fue?
Lo que no fue. Tiempo vano.
Ahora que, si dejo a un lado las pavadas de pretéritos inútiles y giro uno de los relojes de arena de mi colección y pregunto: ¿estoy dispuesto a cambiar mis deseos actuales (si es que existen como tales) por anhelos de otro orden? ¿cómo remitir a mis acciones el tan laureado equilibrio del que tanto he escrito y hablado? ¿hasta dónde el sacrificio en pos de qué?
Hay personas que a los treinta enfocan su voluntad, su auténtica voluntad, en empresas propias y, años después, tarde o temprano, disfrutan con satisfacción aquello que su empeño les ha proporcionado...

Thursday, July 21, 2005

Cortázar dixit


Discurso del no método, método del no discurso, y así vamos. Lo mejor: no empezar, arrimarse por donde se pueda. Ninguna cronología, baraja tan mezclada que no vale la pena. Cuando haya fechas al pie, las pondré. O no. Lugares, nombres. O no. De todas maneras vos también decidirás lo que te dé la gana. La vida: hacer dedo, auto-stop, hitchhiking: se da o no se da, igual los libros que las carreteras.
Ahí viene uno. ¿Nos lleva, nos deja plantados?
***
NOCTURNO
Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían y si esperaban verme.
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una sangría exploratoria, lo batió alegremente en cuatro sets.
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer sube y baja una pequeña escalera
como un capitán de navío que desconfía de las estrellas.
Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche.
Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la ventana que tengo a mi espalda.

Wednesday, July 20, 2005

Desnuda en los espejos


esta es noche sin reposo

quieres verte desnuda
en los espejos

respiras en mis labios
tu piel cambia
tu vello vivo se sumerge en pendientes entreabiertas

eres nube tibia
que lanza signos de aroma

espesos fulgores recibe tu cadera
pulpa temerosa de dientes finos

el aire con albor urgente
se disuelve en tu cabello
en el quebranto de tus costillas

paseas boca arriba entre sábanas
das tumbos lúbricos
sin desprenderte de mi aliento

la marea avanza

el abandono

la lujuria
azotan las paredes

hay el desliz de la fragancia que te monta
y se sumerge en tu sudor

voces sin boca
se abren sin sonido

tu melancolía convulsa
y mi espalda
giran para morder tus hombros de cera punteada

gritas la pasión con dolor radiante

se rompe tu cuerpo breve con mi carne inmersa

busco amanecer
Lo dijo Groucho Marx:

"Estos son mis principios, y si no les gustan, tengo otros."

* * *

Pienso escribir un post sobre los principios, sobre mis principios.
Pienso.
Pero ahorita no. Alguien no está siendo leal conmigo y estoy enojado.
Voy a digerir lo acontecido y luego pensaré con claridad.
Mientras escribo, transcribo algo que ya tengo hecho.
Sólo para saciar mi disciplina de mantener el superbia en forma.
Veamos... creo que... sí, este...
Leer el siguiente.

Monday, July 18, 2005

Astral


Esto soy? De esto provengo y hacia eso voy?
Vaya, qué bueno es ser un enramado de líneas y circunferencias y rombos. Para qué preocuparse entonces de la vida si ella está hecha desde antes?

Jaula de cristal

Una jaula de cristal
retorna siempre
a las grietas del origen.

Por algún sitio,
de algún modo
escapó un fénix
que ahora
culmina su fuego.

Las cenizas arden
y regresan
a quebrar
lo roto.

Destellos ocultan
lo inasible
del fulgor severo
que prolonga
noche en los ojos.

Alivio de viento
que nada
deja.

Ni forma oscura,
dispersa,
envolvente,
ni brillo que cae,
y ciñe alas.

Al fin
una
infinita
ave.

Sucede que nuestro suelo, la roca rojiza y maledicente, el desierto sólido que ni viento ni agua mueven, se impregna del signo que arrojamos al azar. El mar era el destino.
Los pretéritos aguzan su condición de filo.
Lo que era.
Lo que fue.
No superan la aridez matas, corrientes sin aliento, nubes de lluvia de estaño, colores que pierden auroras bajo insultos de estrellas. Nada puede contra lo seco.
Las formas de adversidad son proporcionales a lo que el sol genera.
Aún así, la batalla nos cuestiona:
será mejor la muerte frente a lo muerto?

Los días en que nada sucede

Siento que mis días están hechos de lo que otros hacen, del arte que otros crean. Y así voy pasando. No logro encontrar mayores actos valiosos en mi cotidianeidad más que respirar, comer y ofrecer mi presencia a una que otra persona para que sientan que no están solas. Me siento, y lo digo tal cual, como me viene, sin adornos ni eufemismos, vacío. Me siento vacío desde hace mucho tiempo.
Estos últimos días han transcurrido como losas. E intentar describir lo que he hecho me parece vano. Veo películas, escucho música, leo sus blogs. A partir de que termino esto, nada. Carece de valor el proceso de las horas sobre mí. Y proviene de mis condiciones, lo sé. Todo lo que haga o diga, o deje de decir o de hacer, sólo me corresponde a mí. Pero es la realidad que me ciñe, que dejo que me envuelva. Soy lo que hago o dejo de hacer. No obstante, tener mis propias respuestas, saber qué es lo que necesito o lo que me obstruye, no parece bastar. Así que, corren mis días sin mí y lo permito.
El viernes, A love song for Bobby Long, maravilla de cinta, aunque un final predecible, al menos para mí, que demerita un tanto la obra.
Conseguí los nuevos discos de Foo Figthers y Garbage.
Ayer noche, domingo, vi Temporada de patos, película bastante decente y divertida, con un aparente trasfondo de filme adolescente, pero con un discurso por demás rescatable de situaciones que a muchos adultos nos atañen.
Hoy en la mañana, escuchar a Buena Vista Social Club, Silvio Rodríguez, Bob Dylan.
En fin. Sin estos vendajes de una vida maltratada por el tedio, la corriente sería cada vez más turbia, sin fondo cercano. Y lo peligroso aquí es mi nula capacidad para nadar. A pesar de estar en un riachuelo, en un estanque irrisorio que hasta un chamaco cruza sin esfuerzo, yo no, no sé nadar y eso atemoriza. Al menos a mí.
Pero bueno, muy lastimeras estas líneas y poco contenido. A lo que sigue.
Ya rentaré otra película hoy y el día se salvará otra vez.

Thursday, July 14, 2005

Fitzgerald

Fitzgerald, pequeño asintomático, se deleita en las noches de las risas.
El vacío grotesco de su cara se pronuncia permanente.
Incluso en vida, incluso.

Marcial aparece



Joaquín Moirá azota su espalda con inexpugnable fervor; es, una, otra y otra más, las veces del rasgamiento de su pasado.
Marcial llega y un tajo basta. La cimitarra hiende el cuello. Cabeza al piso. La culpa no exigía más.

Wednesday, July 13, 2005

Multiverso de blogs

Es impresionante. Me sorprende y abruma la cantidad de blogs que puedo enumerar, pero no sólo eso, sino la cantidad de personas que someten estos blogs a su pensante forma de escribir y de vivir. Es muy grato descubrir a todas estas personas inteligentes que pululan de un blog a otro. Creo que el círculo que pretendo será amplio. Mayor de lo imaginado.

Dos dientes

Son ya dos los dientes atribulados por la negligencia. Ahora he de portar dos dientes de plata. El primero sufrió su avería hace bastante tiempo y solía repetir: en fin, qué le vamos a hacer, si no hay dolor y mi vanidad no está mermada, qué más da. Un diente es un diente es un diente es un diente. Y ahora son el par. Y ambos justo detrás de los colmillos, a lo que concluyo que entonces se trata de muelas. No los nota nadie, más que yo. Y este último, roto hace tres días, clava el costado de mi lengua cada vez que hablo. Duele. Pero no es sólo el diente el que me sobresalta, sino lo que ya mencioné: la negligencia. Soy negligente. Llevo una vida negligente. Y esto genera mayores consecuencias que las odontológicas.
A los 29 años cuento con cierta cantidad de creencias, pero más son las no creencias, las interrogantes, las decisiones no tomadas por asalto por esas ganas que tuve de hacer algo y no haberlo hecho. Mi vida se ve inmersa en actos que no he planeado, que no deseo seguir fomentando, pero que aquí están ya y que, si quiero proteger a los que me quieren, he de seguir con esta vida plana. Todo acto tiene consecuencias.
Por más que aclame al estandarte de la libertad y procure portarlo como se debe, este sólo será un roto trapo deslucido que ni el mejor sastre ni la más efectiva lavandera lograrán devolver su lustre. Sólo yo, con mi propio hilo y aguja y mi lavadero. Quizá un poco de blanqueador. Y atándolo a la antena de mi bicicleta mientras recorro mi país. Espero no caer y aumentar la cantidad de dientes rotos.

Monday, July 11, 2005

superbia vitae vs timor mortis

La humildad. Se trata no de saber que las mejores personas son las humildes, sino serlo uno mismo. Pienso en la mejor forma de ser noble, contar con valores propositivos y mediante torpes disertaciones, monólogos huecos, al creer poseer una solución sólo divago en sensaciones peores que las iniciales. Sofista soy y en la vaguedad me arrastro. No logro evitar el desprecio por los demás. Estoy en las instalaciones de la escuela de medicina y los estudiantes me parecen tan pobres intelectual y humanamente. En las calles la gente es demasiada: restos de un género que poco aprende de sí mismo. Si de equilibrio se trata, estamos y hemos estado en la miseria desde siempre. Argumentan ciertas personas lúcidas que es innato el desequilibrio, pues innata es la vulnerabilidad humana. Superbia vitae vs timor mortis. El temor a enfrentar la fragilidad obliga a escudarnos con elementos de franca majadería. Confrontaciones reales, timor mortis, conmocionan hasta la desnudez. Entonces es que surge el equilibrio. Supongo.

Soy un sicario

Soy un sicario en la mente. Esto es visible. Si no fuera así, mi ropa sería deslumbrante en su limpidez, mi calzado en permanente brillo y de un sonido no fugaz, con ecos inversos al olvido.

Romperás este poema


Romperás este poema
porque
lo
digo
yo.

Las soledades habitadas


Las soledades habitadas son las peores soledades abatidas.

Carajo!

Estoy molesto. Son ya dos los textos que este blog me desaparece: el imperio del absurdo y frío. Qué ocurre? Hay sabotajes o qué? Alguien me está censurando o qué? Hay dictaduras o qué? No soy digno de escribir aquí o qué? O qué? Me dirá alguno de los no lectores que ingresan aquí qué hacer o qué? Carajo.
En los dos textos "desaparecidos" hay dos similitudes: han sido extensos, relativamente, y a los dos quise cambiar el color de la letra, como usualmente hago. Selecciono el texto, cambio el color, y acto seguido me cierra el sitio y ya no sé qué más pasa. Intento volver a la página de inicio y no aparece. Carajo. Espero que no vuelva a suceder.

Rajá, Perro!!!

Rajá, Perro!
A partir de esta noche la costumbre es olvidar. Ser cautos con la espalda no profundiza el placer. A partir de Cortázar el cauce del río inmóvil tornose algarabía de espuma, cual memoria sin estigma, sin memoria posible. Un ir y venir que restrega el sentido hasta lo roto, el quebranto.
Verde: ir... rojo.
Verde: venir... rojo.

Thursday, July 07, 2005

Nuestra finitud


Saber de lo que es capaz nuestra finitud, hasta dónde la esencia de este sinsabor. La irritación por la nada me trastoca. El viento persiste, pero me sucede la desolación. Aquí no hay fondo, sólo una imbecilidad ruiseña, una idiota ave cantarina. Que pase cualquier cosa, sin embargo nueva, no la de hace minutos , lo de mediodía o lo que hace años ha plantado su terca sintonía en mi figura.

Wednesday, July 06, 2005

Superficies de oro

Lo curioso es que...
nada. Nada hay de curioso. Sucede lo de siempre. La situación suspendida. Me prendo a algo o a alguien sin haber presentido sus aristas, los recovecos, la fracción que no está a la vista. Me aferro demasiado pronto a las superficies de oro.

Tuesday, July 05, 2005

mañanahoy

Mañana es hoy es mañana es hoy es mañana es hoy es mañana es otro día en que vibra el hilo blanco. Después de medio día será el habitual hilo negro tras el recorrido que le fue asignado. Una línea de tiempo en la que las cuentas de los días se superponen y con frecuencia se anteponen unas a otras. Creo estar en la sensación de la figura redonda de hoy cuando lo real es que se trata de la forma de mañana.
Marian, estás ahí? Estás.
(Pero qué puede ser este cúmulo de palabras para alguien como ella?).
Cygnus... vismund cygnus de Mars Volta arrebata el pie de este día.