Monday, July 11, 2005

superbia vitae vs timor mortis

La humildad. Se trata no de saber que las mejores personas son las humildes, sino serlo uno mismo. Pienso en la mejor forma de ser noble, contar con valores propositivos y mediante torpes disertaciones, monólogos huecos, al creer poseer una solución sólo divago en sensaciones peores que las iniciales. Sofista soy y en la vaguedad me arrastro. No logro evitar el desprecio por los demás. Estoy en las instalaciones de la escuela de medicina y los estudiantes me parecen tan pobres intelectual y humanamente. En las calles la gente es demasiada: restos de un género que poco aprende de sí mismo. Si de equilibrio se trata, estamos y hemos estado en la miseria desde siempre. Argumentan ciertas personas lúcidas que es innato el desequilibrio, pues innata es la vulnerabilidad humana. Superbia vitae vs timor mortis. El temor a enfrentar la fragilidad obliga a escudarnos con elementos de franca majadería. Confrontaciones reales, timor mortis, conmocionan hasta la desnudez. Entonces es que surge el equilibrio. Supongo.

13 comments:

No one said...

¿Realmente sientes lo que escribes?¿Es de corazón este texto?

me agrada tu sitio
Volveré pronto

Saludos

p.d. Gracias por su visita;)

Anonymous said...

¿¿cómo diablos diste conmigo??

ya le dije a este enfisema que me crece en la mano derecha que no ande abriendo otros blogs con distinto nombre...

definitivamente regresaré, y lo sabes

robles quiroz said...

Es real lo que escribo y como tal nace de lo que siento y pienso. Es mi consigna. Si no creo en lo que escribo, se descarta casi de inmediato.
Te espero, Amanda.
Gracias por el contacto.
Gracias por ser la primera en escribirme.
(chale, ni pienses que voy a llorar, eh... recuerda lo de mi parquedad).

robles quiroz said...

Pues sí tío o tía o lo que sea que en este momento invada tu preconsciente (espero no estar revelando algo que ni siquiera imaginas), di contigo. Creíste estar oculto, cierto? Pues no. Pero no temas, no temas como aquél que temió. Ya tendrás noticias mías. Y sí, sé que regresarás. Y habrá el duelo. Aquí estoy. No me muevo.

Silencio said...

Pues que gusto, el Tio Nasty y SuperAmanda, demonios ya me gusta tu nombre...

Sigamos con lo que estamos, pues es que los médicos así deben ser, creo que como dice Truman Capote, y alterandolo un poco, cada profesión, escolar o de vida, tiene sus estigmas, obligaciones y derechos, desde que nos escogen o escogemos la carrera, vienen modificaciones de personalidad muy importantes y bien también la personalidad define a que nos dedicaremos, entonces pues los médicos leen sobre algo inmutable, el cuerpo, y no es como el que lee por gusto o por que es su profesión, donde que cada libro es algo brutal ya que vienen ideas y cosas, en fin bueno no podemos negar que es menos la gente que lee que la que ve TV, pero así es esto, creo que el instinto animal es más fuerte que el progreso, además el progreso se ha hecho más caro, en fin en fin. Todo es instinto de conservación más que de equilibrio yo creo...

Anonymous said...

Es que no escogenmos, Silencio, nos cogen. Por todos lados. A mi me coge la abogacía todos los días. Y mi equilibrio es inventado. Pregúntale a un payaso como sonrie tras el maquillaje. Somos lo que nos quedó después de no poder ser lo que queríamos ser. Es decir, el desprecio del Robles, es, en realidad, hacia uno mismo, porque tons que estarímos haciendo en ese lugar desde donde contemplamos el desequilibrio?

chale, definitivamente necesito vacaciones

ps(no soy asexual, Robles, ni tengo broncas para definir mi sexualidad, mas bien me reniego a actuar tal o cual por ser tal o cual...digo lo que se me hincha decir, joder, pero en fin, que lo entienda quien quiera, quien no no.)

robles quiroz said...

Como usted diga, mi buen Nasty.

No one said...

Hey, cuando llegué a estas tierras desoladas sabía que estaba en terreno fértil...

El mensaje del tiburón es que, basicamente ahorita el colmillo está muy duro y hay dolor, se propaga y no existen intenciones de parar...
mera naturaleza...

Arturo, espero seamos buenos lectores asiduos el uno del otro.
;)

the drop said...

Gracias por el comentario. Probablemente tengas razón, se levanta, dice: jajaaaaa. Y se va.

El desprecio a los demas, segun mi punto de vista, es una postura muy sana. Los que se salvan del desprecio por mérito, esos son tus amigos.
En cuanto a la humildad, creo que es una etiqueta, una palabra, un concepto como cualquier otro. Que los demas se preocupen en saber si te la quieren poner o no(la etiqueta, obvio). A ti, que te resbale...

Mi estimado,
un gusto.

robles quiroz said...

Aquí estamos, Amanda. En este campo hay tanta fertilidad y tanto aire puro (en ocasiones un poquito denso) como sean las semillas que vienen a plantarse. Seremos asiduos, te lo aseguro.
Ya casi termino lo de mis dientes.

robles quiroz said...

Reitero, mi drop, que el equilibrio es la base de todas las bases, el equilibrio como concepto, como palabra, como acción.
Desprecio, pero también sé apreciar. Soy humilde, pero busco el carácter para confrontar lo que no agrada, lo absurdo y perjudicial para mí y los demás.
Y sí, suelo tener el teflón suficiente para ubicar lo que los otros me achacan o me afirman. Lo habitual es que la opinión de mayor valía es la que me doy a mí mismo.
El gusto es mío.
Estamos en contacto.

Lety Ricardez said...

Arturo:
Si supieras como me pesó haberme quedado en la superficie al leer tu post anterior. Me fui por el lado del humor y definitivamente me quedé corta. Ahora con este me das la oportunidad de entrar de lleno a lo que importa. Me gustan tus lectores y creo que lo que ustedes están haciendo y me permiten hacer á mí ahora, cambiara aquello de que son menos los que escriben o leen que los que ven tv. Sólo es cosa de que se conozca esta revolución silenciosa que ustedes arman. No esperen de mi comentarios ampulosos porque no se me dan, no tengo la escolaridad suficiente para ello, vengo de generaciones pasadas. Por eso se muy bien aquello que dices de encontrarse siendo quien no quien debió ser, sino quien resultó ser por x o zz que no vienen a cuento. Lo bueno es que si escuchas a tus voces, las que te exigen salir y están dispuestas a atropellarte si no lo permites, las aguas estancadas se aclaran y llega la luz allá en las profundidades interiores. Por tu conducto saludos para Amanda y todos tus amigos. Amanda me encanta tu fotografía, revela tu creatividad, la mía es horrorosa.

Ligustrino Campana said...

Suele ocurrir que al caminar por la calle me doy cuenta de que el desprecio no es desprecio, sino una manifestación odiosa de la lástima y la compasión, un estigma que acarreamos por no poder ser omnipotentes y perfectos. Como decís, sólo somos los restos de lo que quisimos ser, o sea, despreciables. Otra vez. El desprecio es el la lástima disfrazada de odio, de frustración, de pequeñez.