Monday, July 18, 2005

Los días en que nada sucede

Siento que mis días están hechos de lo que otros hacen, del arte que otros crean. Y así voy pasando. No logro encontrar mayores actos valiosos en mi cotidianeidad más que respirar, comer y ofrecer mi presencia a una que otra persona para que sientan que no están solas. Me siento, y lo digo tal cual, como me viene, sin adornos ni eufemismos, vacío. Me siento vacío desde hace mucho tiempo.
Estos últimos días han transcurrido como losas. E intentar describir lo que he hecho me parece vano. Veo películas, escucho música, leo sus blogs. A partir de que termino esto, nada. Carece de valor el proceso de las horas sobre mí. Y proviene de mis condiciones, lo sé. Todo lo que haga o diga, o deje de decir o de hacer, sólo me corresponde a mí. Pero es la realidad que me ciñe, que dejo que me envuelva. Soy lo que hago o dejo de hacer. No obstante, tener mis propias respuestas, saber qué es lo que necesito o lo que me obstruye, no parece bastar. Así que, corren mis días sin mí y lo permito.
El viernes, A love song for Bobby Long, maravilla de cinta, aunque un final predecible, al menos para mí, que demerita un tanto la obra.
Conseguí los nuevos discos de Foo Figthers y Garbage.
Ayer noche, domingo, vi Temporada de patos, película bastante decente y divertida, con un aparente trasfondo de filme adolescente, pero con un discurso por demás rescatable de situaciones que a muchos adultos nos atañen.
Hoy en la mañana, escuchar a Buena Vista Social Club, Silvio Rodríguez, Bob Dylan.
En fin. Sin estos vendajes de una vida maltratada por el tedio, la corriente sería cada vez más turbia, sin fondo cercano. Y lo peligroso aquí es mi nula capacidad para nadar. A pesar de estar en un riachuelo, en un estanque irrisorio que hasta un chamaco cruza sin esfuerzo, yo no, no sé nadar y eso atemoriza. Al menos a mí.
Pero bueno, muy lastimeras estas líneas y poco contenido. A lo que sigue.
Ya rentaré otra película hoy y el día se salvará otra vez.

6 comments:

Silencio said...

Ah demonios, mi cobertura de fin fue desde Doberman, Quijote en Danza, La ciudad de los muertos, y nada más, pero que mal se extiende la nada... demonios...

Le entiendo y bueno ya veremos que película me salva esta semana

robles quiroz said...

Pero andamos, compañero.
Tuviste buen repertorio, después de todo.
Prosigamos en la andanada, pues.

Dharma said...

Son ciclos por los cuales uno debe pasar. Siempre estuve convencida de que la figura de nuestra existencia es una espiral, donde se vuelve de alguna manera a aquellas cosas por las que uno ya pasó una vez pero desde otro punto de vista, sin poder negar el camino andado.
Por eso mismo, sentir que la vida está vacía (aunque por cierto, no es así, pero está tan impregnada de grises y rutinas que uno empieza a creer que sí), el sentir que lo cotidiano es una especie de agujero negro, alguna vez llega.
Luego se irá, tarde o temprano, la espiral lo empuja a uno hacia otra etapa.
Y aunque parezca contradictorio con lo que acabo de exponer casi metafísicamente, siempre aparece algo nuevo, algo que en las múltiples vueltas todavía no se había presentado. Suele ser en general cuando uno se se declara perdedor frente a la rutina.
Quizás las pelis no son tan mala idea. Visto desde el lado optimista, estás pensando en tí mismo y eso no puede ser tan malo.

Y me extiendo porque soy mala para resumir!
Portate mal.

robles quiroz said...

Cierto, mi Dharma, la espiral, los círculos, lo que se fue que regresa, aunque nunca igual. Agradezco tus palabras y sí, aún hay muchas vías por andar que no imagino, que tendrán vuelcos tan irrisorios a veces, o trágicos otras, que lo mejor es no quedar sentado y esperar, sino propiciar su venida.
Y no te apures, puedes extenderte todo lo que desees, disfruto mucho cada línea.
Nos leeremos pronto.
Cuídate.

Jean Georges said...

No tengo chaleco a mano. Sí películas que sólo contribuirán a un mayor hundimiento. Ahogarse con dignidad y no morir en el intento.
Stranger than paradise puede ayudarte. O Paris Texas. Lost in translation es otra buena opción.
Hacelo, y después contame los resultados. Te estaré esperando abajo del agua.

Ligustrino Campana said...

A veces pienso que dar recetas es estúpido y altanero, pero no me importa. A veces es bueno dejarse absorber por el tedio, entrar en su boca húmeda, oscura e inmensa, y dejarse caer. No clavar las uñas, no ofrecer resistencia, hacerlo rabiar. A veces es mejor desclavar los ojos del horizonte y mirarse los pies. En el horizonte no hay más que horizonte, nada, cosas lejanas, sólo horizonte, es decir, ilusión de finitud, de llegada. Pero es mentira. A veces me gusta mirarme los pies y plantearme una meta. A veces son cosas importantes, a veces no, pero siempre me hacen un poco más feliz, me divierten, me obsesionan.
A veces entiendo que la vida no es gran cosa, sino un inmenso cúmulo (o culo) de estupideces. Y otras veces, cuando eso se me olvida, me callo la boca y me dejo arrastrar por el tedio.