Tuesday, July 26, 2005

Alma negra


El blues te vuelve más humano, más dolorosamente humano, más vertido a la pasión de un ojo de tormenta que al descarrilamiento de tranvías sin sentido. Y viceversa.
Compro mi armónica por el gusto de sonar un poco más humano y el silencio se entretiene en mis volutas desgarradas. La sueno, aunque los gatos se me lancen buscando cópulas y yo los amedrente con el ritmo de mi pie en el piso de madera. Lejos, no tan lejos, Robert Johnson, Lowell Fulson, Sonny Boy, Muddy Waters se entregan a la violencia de sus noches, se hunden en la felina piel negra de los sexos abiertos para que sus gruesos labios inflamen la música, sin palpar los muros de grasa porque el vacío es intenso desde aquél sur norteamericano hasta el rinconcito en el que arde mi armónica.
Trago el café con ron que vacila en la taza y la dejo caer cuando me levanto del suelo y la cama abraza de golpe mi soez andar. Carajo. No debo permanecer tanto fuera de mi estatura. Con el rostro en la almohada, sin respirar por unos momentos, pienso en mi alma negra. Nadie ha hostigado de tal modo mi figura, mi esencia, como para abandonarme a esta conmiseración. Si se trata de imitar a los atormentados lo hago de maravilla. Y ya que lo pienso, siempre hay alguien jodiendo con uno: el espejo, está en el espejo y aunque lo azotes al piso los fragmentos resguardan malicia suficiente. Poco qué hacer con el espejo.
Nunca es tan tarde para salir y la madrugada me recibe. Nadie en las calles. No hay callejones a dónde llevar el insomnio. La ciudad jamás estará vetada, por más añicos que la alteren, por más botellas que se rompan o febriles notas se alcen de mi aliento y mis manos.
Nadie enciende luces. No parecen despertar. No hay zapatos a vuelo. Falta lluvia. Señal inequívoca de que esta es comarca ojo de tormenta, impávida ante lo que a sus alrededores ocurre. Somos centro de calma y bochorno. El tedio es apabullante. Habremos de salir de esta ciudad con el montón de libros, música y armónica, marcando con el pie el siguiente blues.

3 comments:

Dharma said...

Y por lo que veo, el blues, lo llevás por dentro.

robles quiroz said...

Por dentro y por fuera. Es como un sudor exquisito que, aún en el frío más perverso, sigue empapando mi piel.

Dharma said...

Una de las mejores descripciones de un orgasmo que he leído.