Friday, July 22, 2005

Tiempo vano

Mientras venía camino al trabajo pensaba en lo equívoco de mis años recientes. Hay personas que a los veinte enfocan su voluntad, su auténtica voluntad, en empresas propias y, nueve años después, disfrutan con satisfacción aquello que su empeño les ha proporcionado. Nueve años es un lapso justo para conseguir metas sólidas. Rememoro mis nueve años anteriores y me extravío: ¿qué hice? ¿ qué logré? Libros de poesía. Es lo que descubro en la cima de mis actos. He escrito libros de poesía, sin afanes específicos, por el gusto de hacerlo. Los elementos de mi vida, lo aprendido y presentido, en ellos se han vaciado. Mi persona, aunque incompleta, está en todas esas palabras. Mi condición de escribiente es limitada y, por tanto, el reflejo de mi persona en ellas está fragmentado, no obstante de ser la pantalla más fiel que tengo.
De haber llevado a cabo un propósito distinto, con el que habría conseguido algún mayor rango de poder, económico o de cualquier otro tipo, puesto que le hubiera manifestado las principales facultades de mi carácter, creo que estos libros no existirían.
Me cuestiono: ¿cambiaría los libros que he escrito por metas como las que menciono? ¿preferiría méritos materiales, de reconocimiento, en lugar del conjunto de mi obra? ¿la vida, hoy, ofrecería un panorama más congruente con mis ideales, de haber sido lo que no fue?
Lo que no fue. Tiempo vano.
Ahora que, si dejo a un lado las pavadas de pretéritos inútiles y giro uno de los relojes de arena de mi colección y pregunto: ¿estoy dispuesto a cambiar mis deseos actuales (si es que existen como tales) por anhelos de otro orden? ¿cómo remitir a mis acciones el tan laureado equilibrio del que tanto he escrito y hablado? ¿hasta dónde el sacrificio en pos de qué?
Hay personas que a los treinta enfocan su voluntad, su auténtica voluntad, en empresas propias y, años después, tarde o temprano, disfrutan con satisfacción aquello que su empeño les ha proporcionado...

5 comments:

Unknown said...

Dices:
"Mi condición de escribiente es limitada"
Me alegro, porque precisamente lo que ortoga los límites es la forma; y es la forma lo que nos hace capaces de percibir, aún sin ojos.

Lety Ricardez said...

Hola Arturo:
Como me dijera también Raquel algún día, el universo se expande y se recoge. Es necesario fragmentarse para alcanzar la unicidad. ¡Cuánto mejor se percibe la belleza en los fragmentos! míralos si no, a través del caleidoscopio que has construido! en tus libros tienes la percepción poética de tus días. ¿Tiempo vano? NO. Bueno, al menos eso es lo que percibo.

Silencio said...

Pues estoy en esas pero creo que un día tomas un camino u otro y aunque a veces se pueda dar, no son compatibles, es cierto cuando tomas algo que te lleva a satisfaciones con todo y complicaciones, bueno ves hacia atras y demonios!!!, has hecho lo que has querido. Hace años tome una desición que le parecerá muy chabacana a todos, pero fué o me hago más rico y prestigiado o me dedico a ver películas, y en general a hacer lo que me gusta, desvelarme, y eso, o trabajo hasta volverme loco, resultado, trabajo hasta volverme loco, pero tengo tiempo de picar todo lo que quiero puedo ver teatro y cine, leer poesía y cuento, escribir y borrar todo y pues aunque algunos me vean como un estancado, me la paso pocamadre en un trabajo que me gusta, modesto y no escandaloso, y hago lo que quiero... no supongo que no me arrepiento, me arrepiento tal vez de no hacer más cosas...

Jean Georges said...

A veces vuelco toda mi voluntad en algo, y se desparrama hacia afuera, desbordando cualquier recipiente que pueda contenerla. Y luego de desparramada, de haber infectado el suelo circundante con toneladas de ganas y fuerzas, alguien pasa con su escoba y trapea el piso.

Ligustrino Campana said...

¿Mirando el horizonte? ¿Y qué es lo que hay? Suele pasar.

Revisando la basura de cuadernos viejos, encuentro una frase, una de esas recetas estúpidas: "Si sigues el camino que tus manos construyen día a día, estarás donde debas estar". No, no la escribí yo. Es de un tal Kant. Y me hace pensar en lo que yo llamo "proceso vital": si hago lo que me gusta hacer, algún día llegaré a dónde quiera estar. Es un razonamiento simple. A veces no creo que las cosas sean tan complicadas.

Disfrutá de tus libros y seguí escribiendo. Por algún tiempo más acá te vamos a seguir leyendo.