Monday, July 25, 2005

Otro tiempo vano



Pienso seriamente en no volver a escribir poesía. El conflicto vence esta ocasión. Quizá sólo por esta ocasión, pues al conocer mi temperamento, el falso asidero de mis emociones, lo probable es que me recupere pronto y al poco decaiga de nuevo. Tal vez sea una bravuconada en contra de lo que creo. Qué sé yo. No dejo de someterme. A. K. Sugiere que me libere, soltar amarres y vaciarme, encontrar en esa libertad todas las pinches ideas y sensaciones que se me escabullen. Carajo. Esto sirve de poco. Tanto tiempo de discusión conmigo mismo acerca de obstáculos y autocomplacencias y nada obtener en claro. En realidad los libros que he escrito son una pantalla. Me canso de ser un “buen forjador de imágenes”. He tenido y tengo tan poco qué decir con mis poemas que salta a la vista mi carencia de autenticidad, mi falta de valor hacia el enfrentamiento con la verdadera sustancia de lo que es el arte. Las imágenes de mi supuesta poesía son sólo estructuras huecas. Cascarones de tonos agradables y nada más. Caigo en la faramalla que conforma la inmensa cifra de individuos que pretender ser poetas, novelistas, ensayistas, fauna seudoliteraria. Somos demasiados los que intentamos sostenernos en inútiles ortopedias, falsas letras. Creo que este blog está a un palmo del patetismo. Sin embargo, tiene su propia balsa. Se salva porque es factible que comparta otros intereses, sin ser necesario incluir pleitos internos ni nada de mi “obra”. Pinche obra. Ya lo decía. Tiempo vano. Ni modo, Lety, soy terco. Y mi bizarro lo es más.

5 comments:

Silencio said...

Pues mis chabacanería merecen un fuego más ardiente...

No se, yo puedo leer un libro pero sigo encontrandole otro encanto a leer algunas cosas por aquí.

Decaer y decir, "Heme aquí haciendolo de nuevo y de nuevo y de nuevo", si el destino existiera, esta sería un prueba de ello, aunque puede ser necedad, no se...

Cuando me aviento de nuevo, a lo que sea, solo me queda reir un poco y decirme, no entiendes!!!.

Claro que hay muchos, diciendo, explotando y renombrando fantasmas, pero aunque implique rebuscar palabras, ideas y situaciones, siempre hay algo que hace único a alguien, demonios el poema no tiene siempre que decir algo, aunque dice mi abuelo que yo siempre analizo y por eso nunca encuentro la poesia en la poesía, pero algunas veces dos o tres frases explican lo que siento y de eso se trata ¿no?, hay poemas tambien para cada gusto, la trasgiversación que dan los doblesentidos, la metrica complicada, las palabras que suenan más que significan...

Que diablos, yo no se escribir, y siempre me tranquiliza. Eso no lo pongo en duda.

Ligustrino Campana said...

Me pregunto algunas cosas, Arturo: ¿por casualidad esperás escribir una obra de arte suprema, algo que cambie de aquí en más la manera de escribir? ¡Fuera con esos demonios, a la mierda, a cagar con la métrica! Detenete en un recuerdo cualquiera, en una situación, en una sentimiento, parate sobre ella, rodeala, escribila con todas las palabras que se te vengan a la mente, divertite con ella, excava un espiral, dejate llevar, ¿a quién le importa a dónde va este comentario, si me está gustando escribirlo, desplazar los dedos sobre el teclado, forzar a mi mente para que se apure antes de que el signo de interrogación dé muerte a estas palabras?

Ligustrino Campana said...

Por cierto... Encuentro sinceridad en tus palabras. Esa es una gran virtud. Saludos.

María Antonieta Mendívil said...

Uno sólo debe escribir porque le es inevitable. No para lograr algo (la gran obra, ser leído). Aunque también hay que tomar en cuenta algo: también se escribe por dentro. Los silencios en poesía también son útiles.
Usted ánimo.

robles quiroz said...

Gracias. A todos. Creo que me hacía falta escuchar (o leer) a alguien más que a mí mismo. Con nadie, antes de entrar en esto de los blogs, compartía mis revoltijos mentales. Sé que no poseo ninguna verdad absoluta y permanecer con una sola opinión (y más si esta es tan falible) es poco recomendable. Ustedes aclaran esta incidencia a la conmiseración, a darme tan fácil por vencido.
Gracias por el ánimo.
Y no, mi afán no es una obra maestra, sólo que mis letras no sean sólo superficie, que tengan su propia sustancia. Quizá mi autocrítica es muy elevada. No logro evadir la dualidad: al goce de escribir le sigue la opresión, a la libertad de crear algo por mí y para mí el juicio que me ciñe, me hace convertir la palabra en elemento de sumisión.
¿Puede el abuelo enviarme mi ración de zapes?

Marian: agradezco mucho tu visita, tu blog fue el primero que descubrí y por eso lo tengo como el consentido, además de que es un placer leerte.

Así pues, reitero el gusto de tenerlos por acá.
Hasta la próxima.