Una jaula de cristal
retorna siempre
a las grietas del origen.
Por algún sitio,
de algún modo
escapó un fénix
que ahora
culmina su fuego.
Las cenizas arden
y regresan
a quebrar
lo roto.
Destellos ocultan
lo inasible
del fulgor severo
que prolonga
noche en los ojos.
Alivio de viento
que nada
deja.
Ni forma oscura,
dispersa,
envolvente,
ni brillo que cae,
y ciñe alas.
Al fin
una
infinita
ave.
2 comments:
Hola Arturo! Visitaste mi blog y ahora visito el tuyo. No se nada de poesia asi que no te pongo ningun comment sobre el texto pero disfruto de leerlo,. Saludos!
Gracias por corresponder, Claudia.
Saber o no de poesía es lo de menos aquí.
Es más, si de poesía se trata, entre menos sepas mejor. Adentrarse a ella requiere despojarse de lo que sabes. A la poesía se entra con la desnudez puesta.
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