Monday, July 18, 2005

Sucede que nuestro suelo, la roca rojiza y maledicente, el desierto sólido que ni viento ni agua mueven, se impregna del signo que arrojamos al azar. El mar era el destino.
Los pretéritos aguzan su condición de filo.
Lo que era.
Lo que fue.
No superan la aridez matas, corrientes sin aliento, nubes de lluvia de estaño, colores que pierden auroras bajo insultos de estrellas. Nada puede contra lo seco.
Las formas de adversidad son proporcionales a lo que el sol genera.
Aún así, la batalla nos cuestiona:
será mejor la muerte frente a lo muerto?

2 comments:

robles quiroz said...

Agradezco siempre tus palabras, y agradezco de antemano las del porvenir.
Dentro de unos minutos visitaré tu sitio y cerraremos otro círculo por hoy.
Abur.

Ligustrino Campana said...

"Las cosas frías se calientan, lo caliente se enfría, lo húmedo se seca, lo reseco se humedece". Heráclito.

Pienso que con eso es suficiente. Salú.